lunes, septiembre 17, 2007

NADA NUEVO BAJO EL SOL

El Trolley 1986. Dos de los verdaderos “Pinochet¨s Boys”, Miguel Conejeros y Dani Puente.



Durante un largo tiempo pensé que el uso de mensajes de texto vía celulares provocaría una pérdida irremediable del uso lenguaje escrito. Creí, que las palabras seguirían siendo reemplazadas por iconos en esta brutal “Edad Media” Digital. Y si bien, sigo pensando lo mismo de esta escritura del oscurantismo tecnológico, debo aceptar que este medio de conexión permite ejercitar el patrón de razonamiento intelectual por excelencia: “La Síntesis”.
En los años 80, los españoles de “Aviador Dro”, banda de Tecno/industrial de discurso inspirado en vanguardias históricas como el Futurismo y el Constructivismo, hicieron un tema con la siguiente letra:

“No hay preguntas, no hay respuestas
No existe la luz, no hay oscuridad
La síntesis es la experiencia
Sentir el tiempo, fluir en si.
Síntesis
Síntesis
No existe el Ying, tampoco el Yang
No hay explosión, no hay implosión
No hay materia, ni antimateria
No digas sí, no digas no
Síntesis
Síntesis
La síntesis es la sensación
la síntesis es la emoción
La síntesis es la sensación
la síntesis es la emoción
Sólo hay acción
Sólo hay acción".

Recuerdo esto, pues anoche en medio de una tocada de “Fernando Milagros” le mande el siguiente mensaje a un amigo:
“Es fuerte ver cómo permanecen los estereotipos mientras se suceden los tipos”
Me explico.
Este último año, en que me he vuelto a conectar con el quehacer”artístico/fiestero” de las nuevas generaciones (llevo 25 años de dancing days), me he encontrado con una impresionante sucesión de REFRITOS que van desde los años 60 a los 90. Me ha tocado ver trabajos audiovisuales de chicos que se creen Andy Warhol; cantantes a lo Lou Reed o Electrodomesticos; algunos que se creen under a lo John Waters y una que otra loca anoréxica que se jura la mórbida Divine; videastas a lo Nan Junk Paik o Bill Viola; pintores a lo Haring, Basquiat, Palladino o la Transvanguardia completa, pasando por el pésimo Sandro Chia (esto sin tomar en cuenta que los primeros en copiar descaradamente a estos pintores fueron Benmayor, Bororo & Cia...jajaja); publicistas que se juran directoras de cine que quieren ser reinas en el Studio 54; además de un interminable fritanga de la New Wave del Trolley, ya sea pasando por los look o por la apropiación mal entendida de uno que otro discurso político antidictadura; a esto puedo sumar obras de teatro que a punta de despliegue tecnológico pretende desplazar del imaginario teatral al “Cinema Utoppia” del 85; o performancistas a lo Vicente Ruiz y una cantidad infinita de etcéteras, que me deja en claro, que estamos en la COPIA Feliz del Edén.


Ahora puntualmente en el teatro, si vemos que figuras oficiales se arrogan la invención del Hilo Negro (Griffero),del Hilo Blanco (Galemiri), del enhebrador de agujas (De la Parra) y de la huincha de medir (Castro), puedo justificar la reflexión que escribí hace un par de años:
“Esta obscena práctica teatral autorreferencial, nos permite analizar la aparente solución al problema Edípico de la “paternidad” que las nuevas generaciones han encontrado, ya que, estas en vez de decretar la muerte del Padre desde un rol de Hijo, o aceptar, su ausencia o presencia desde un rol Adulto, han optado por suplantarlo” (ver en textos www.minimale.cl “Narciso en La Escena Transmedial”, Ponencia del 2003).
Así es, pues al negar la existencia del Padre, todo lo que se haga es nuevo, es propio, aunque haya sido visto mil veces antes. Si bien, este “partir de cero” fue puesto en marcha en 1916 por los Dadaístas, el resultado actual es nefasto...ahora cualquiera es Duchamp, Artaud, Cage, Brecht, Jarman o Wilson (referentes hegemónicos). Entonces, bajo este panorama, no es de extrañar esa especie de “psicosis de originalidad” que ataca a algunos creadores, los cuales bajo un obsesión impresionante pretenden dar un golpe de cátedra en la singularidad de los formatos escénicos, olvidando que como otra arista del fenómeno de la “hipermodernidad" o "presente continuo”, los formatos ya no existen, así como la figura del autor, la que se ve desplazada por la del usuario. Lo que importa es la mirada y producción personal entorno a un tema, y no los elementos con que se conformen el supuesto discurso, que finalmente depende de la competencia cultural del espectador/usuario. Allí y solo allí, tal vez, podría yacer una supuesta originalidad.

Todo esto, lo repense mientras veía a una exhibicionista-sexi-chica-rubia-rockandroll “undera” (de under y ondera), sacar fotos a la banda del Feña, con una cámara digital. Escena que a lo largo de dos décadas he visto infinidad de veces, claro esta, que con cámaras análogas. Esto me hizo “pasar la lista” de los estereotipos presentes en el público (como lo solíamos hacer con la Apolonia e Ingrid Lephard allá en los gloriosos 80), desde la chica-chica intelectual al gay/fashion, y cuando me faltaba el punketa correspondiente, me tope con el cariñoso saludo de Alvarito España, de los Fiskales... un sobreviviente del Trolley a quien conozco desde antes de hacerse punky....Me alivió pensar que si mi generación no fue 100% original, por lo menos teníamos forma y contenido durante la resistencia.

Es tan fácil ser Posmo y reescribir la historia, cuando la autocomplacencia manda.
RM + reaccionario que nunca.

domingo, septiembre 02, 2007