El lunes recién pasado había escrito un nuevo post sobre el inevitable tema de la semana, EL FONDART, cuyos resultados aparecen el proximo viernes 11. Afortunadamente antes de publicarlo fui al homenaje que la Escuela de Teatro de la Chile le hizo a Andrés Pérez, con motivo de su cumpleaños y del día Nacional del Teatro. El homenaje fue nostálgico y alegre. El recordar al Pérez es recordar una etapa del teatro chileno en donde la “Utopía” no era solo el nombre de una obra, sino las ganas de que todo fuera distinto, que todo fuera justo y feliz en el triste país en que vivíamos. Nunca trabaje con Andrés, sabíamos que nuestros lenguajes estéticos eran incompatibles (una vez lo conversamos riendo) pero disfrute enormemente sus obras. No llegue al estreno de “La Negra Ester” en Puente Alto, pero si vi la primera función que dio el Gran Circo Teatro en el Cerro Santa Lucia. Recuerdo haber visto muy pequeño el montaje de ”Romeo y Julieta” del Teatro Itinerante, que según palabras de Fernando González, Pérez codirigió. Lo vi en “Lautaro” y en “La huida”, y ame su última obra obra, pues en ella se veía que empezaba a buscar nuevos códigos de teatralidad que quedaron truncados. Me encontré con él en la Chile días antes de caer hospitalizado y lo vi muy enojado al no recibir una encomienda de R&C, lo quede mirando en su pataleta y se rio conmigo... y también, acompañe a pie la micro que llevo sus restos desde Providencia a la escuela de Teatro de la Chile.
Creo que solo Andrés Pérez y el Griffero cruzan transversalmente a todas las ultimas generaciones de teatristas de Chile... y lo extraño mucho, extraño el País que el representaba, el espíritu teatral que el encarnaba y que ya no existe mas, pues el existimo mediático ha hecho naufragar en los recovecos del poder (estatal, académico y comercial) la utopía por la que él lucho siempre.
Creo que sigo enojado con todo, que sigo enojado con el sistema y con quienes la “democracia” deformo hasta el horror, pero calma mi ira y decepción, las palabras que la Rosa dijo recordando al Pérez en ese homenaje:
“Andrés nos enseño que el teatro era de todos, de todos los que hacen teatro, desde la persona a la que odiamos y a la que mas amamos, del que es un éxito con su obra hasta el señor que fracasa con sus trabajos, del que estudia teatro y del publico, de todos”.
FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDO ANDRÉS Y FELIZ DÍA PARA TODOS AQUELLOS QUE HACEMOS TEATRO
...ah! y mucha MIERDA a todos los que con ansiedad esperan el Fondart para poder concretar sus proyectos.
Se le extraña señor Pérez!!!!
RM.