viernes, mayo 25, 2007

HUMAN404....pronto...

PARKOUR trata sobre la voluntad y la imposibilidad de las personas para llevar a cabo su desarrollo individual en la sociedad contemporánea. Es una escenificación de cómo el condicionamiento al que nos enfrentamos diariamente coarta los impulsos más elementales, volviéndonos seres aislados y nerviosos. Localizado en un Santiago actual, nos presenta la historia de un hombre que, luego de una serie de acontecimientos, decide moverse por la vida usando sólo líneas rectas, es decir, los caminos más directos. Líneas rectas para avanzar, conversar y lograr lo que desea. Se hace un paralelo directo con el free running o parkour, deporte urbano en que los participantes trazan una línea recta en la ciudad y la siguen en una carrera contra si mismos, sorteando todos los obstáculos que se le presenten. Es la historia de una determinación que poco a poco invade la vida de un hombre y cómo su sueño de contaminar al mundo con éste pensamiento es enmarcado en un futuro tal vez imposible. Esta obra del Colectivo Profeta/Paranoia, es escrita y dirigida por Eduardo Pavez, cuenta con la actuación de Rodrigo Muñoz, la musicalizacion de Nicolás Espinoza y el trabajo audiovisual de Diego Pequeño.

VANITAS trata sobre el fin del paisaje masculino como construcción y discurso de género y la mutación del sujeto en objeto de diseño, en el panorama actual de transformaciones (globales) generadas por la sociedad de los medios, el post-capitalismo y el desarrollo de la tecnociencia. Esta puesta en escena se instala como una “misa de réquiem” o un “memento mori” de la cultura occidental. En palabras de Sebastiane, un joven recluido en un lugar aséptico y atemporal, y de su programadora virtual, Julia, se pondrán en juego delatando su fracaso a la cultura patriarcal de occidente, sus ideales, sus valores est/éticos, sus tradiciones y su historia. Este ejercicio de sujeción de nuestra memoria universal devela que lo “humano” ha sido desplazado hacia otros derroteros, para ser finalmente extirpado por lo “real”, por la producción incesante de imágenes de la realidad cotidiana. La obra de Minimale, es escrita y dirigida por Raúl Miranda, cuenta con la actuación de Eduardo Paxeco y la participación especial de Blanca Lewin, la musicalizacion de Nicolás Espinoza y el trabajo audiovisual de Francisco Anwandter.

miércoles, mayo 16, 2007

NOTICIAS/ con Fé de Erratas

Lo único realmente bueno que tiene el Fondart, es que te obliga a definir los panoramas productivos del año. Es así, que como no obtuvimos los fondos estatales para nuestros proyectos, con Eduardo Pavez decidimos unir esfuerzos y reformatear nuestros textos para hacer una puesta en escena compartida. Es decir, que bajo un mismo y mutable concepto escenográfico habitarán 2 montajes trasmediales de distinto contenido anecdótico, pero que tiene en común el ser distopías acerca del género masculino en un contexto hiperreal (Baudrillard). Estas obras reformateadas como monodramas de 30 minutos de duración, son PARKOUR y VANITAS, las que pasan a llamarse en este montaje: HUMAN 404.
Empezamos la etapa de producción esta semana y esperamos estrenar a mediados de agosto, con una temporada que se extendería hasta fines de septiembre, en el Salón Blanco del Museo Nacional de bellas Artes.

HUMAN 404 / Ficha técnica:

PARKOUR:
Dramaturgia
y Dirección: Eduardo Pavez
Actuación: Rodrigo Muñoz
A. de Dirección: Nicolás Espinoza
Y Música
Diseño Integral: Raúl Miranda
Colectivo: PROFETA/PARANOIA

VANITAS:
Dramaturgia
y Dirección: Raúl Miranda
Actuación: Eduardo Paxeco
Blanca Lewin (virtual)
A. de Dirección: Eduardo Pavez
Video: Pancho Anwandter
Música: Nicolás Espinoza
Diseño Integral: Raúl Miranda
Compañia: MINIMALE
Produce: MINIMALE
RM

(1)Distopía: término antónimo de utopía, usado dentro del subgénero literario de ficción Cyberpunk, para definir una sociedad ficticia e indeseable, emplazada en un futuro cercano, en donde las tendencias sociales del presente se llevan a extremos apocalípticos.


miércoles, mayo 09, 2007

MIENTRAS ESPERAMOS.

El lunes recién pasado había escrito un nuevo post sobre el inevitable tema de la semana, EL FONDART, cuyos resultados aparecen el proximo viernes 11. Afortunadamente antes de publicarlo fui al homenaje que la Escuela de Teatro de la Chile le hizo a Andrés Pérez, con motivo de su cumpleaños y del día Nacional del Teatro. El homenaje fue nostálgico y alegre. El recordar al Pérez es recordar una etapa del teatro chileno en donde la “Utopía” no era solo el nombre de una obra, sino las ganas de que todo fuera distinto, que todo fuera justo y feliz en el triste país en que vivíamos. Nunca trabaje con Andrés, sabíamos que nuestros lenguajes estéticos eran incompatibles (una vez lo conversamos riendo) pero disfrute enormemente sus obras. No llegue al estreno de “La Negra Ester” en Puente Alto, pero si vi la primera función que dio el Gran Circo Teatro en el Cerro Santa Lucia. Recuerdo haber visto muy pequeño el montaje de ”Romeo y Julieta” del Teatro Itinerante, que según palabras de Fernando González, Pérez codirigió. Lo vi en “Lautaro” y en “La huida”, y ame su última obra obra, pues en ella se veía que empezaba a buscar nuevos códigos de teatralidad que quedaron truncados. Me encontré con él en la Chile días antes de caer hospitalizado y lo vi muy enojado al no recibir una encomienda de R&C, lo quede mirando en su pataleta y se rio conmigo... y también, acompañe a pie la micro que llevo sus restos desde Providencia a la escuela de Teatro de la Chile.
Creo que solo Andrés Pérez y el Griffero cruzan transversalmente a todas las ultimas generaciones de teatristas de Chile... y lo extraño mucho, extraño el País que el representaba, el espíritu teatral que el encarnaba y que ya no existe mas, pues el existimo mediático ha hecho naufragar en los recovecos del poder (estatal, académico y comercial) la utopía por la que él lucho siempre.
Creo que sigo enojado con todo, que sigo enojado con el sistema y con quienes la “democracia” deformo hasta el horror, pero calma mi ira y decepción, las palabras que la Rosa dijo recordando al Pérez en ese homenaje:

“Andrés nos enseño que el teatro era de todos, de todos los que hacen teatro, desde la persona a la que odiamos y a la que mas amamos, del que es un éxito con su obra hasta el señor que fracasa con sus trabajos, del que estudia teatro y del publico, de todos”.

FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDO ANDRÉS Y FELIZ DÍA PARA TODOS AQUELLOS QUE HACEMOS TEATRO
...ah! y mucha MIERDA a todos los que con ansiedad esperan el Fondart para poder concretar sus proyectos.

Se le extraña señor Pérez!!!!

RM.