domingo, mayo 25, 2008

LA REPUBLICA

Ex Congreso Nacional, mayo de 2008.
He leído el petitorio de los Alumnos y las declaraciones de Rectoría; escuche el discurso de la Prescindencia Bachelet; vi el trailer de Newen Mapuche, el documental de Elena Varela; asistí a una pésima obra que hacia mierda el Fondart...y estoy con una pena atroz...en este, que era mi país, nadie se escucha, todos desconfiamos de todos, todos quieren poder sobre el otro y no se ponen en lugar del otro.
Todo movimiento social que se quiere revolucionario, se ciñe al patrón arquetípico de la Revolución Francesa. Ante un sistema injusto y arbitrario (la desigual representación porcentual de los estamentos sociales) la mayoría deja el silencio y se manifiesta, se desliga del orden establecido para repensar el conflicto; a los primeros manifiestos de los moderados, se imponen los radicales, rompiendo el posible apoyo de las estructuras de cambio…se radicaliza el conflicto y se llega a un punto en que la “Revolución se Congela”, (como lo dijo Saint Just, el Ángel del Terror )..., entonces, "a rio revuelto, ganancias de pescadores"… el oportunismo sacara ganancia de la perdida que implica un movimiento acéfalo, y la lógica del “dividir para vencer” impondrá una dictadura teñida de democracia.
Wilde, definió la democracia como “el ahorcamiento del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, nuestra democracia, mal llamada de los acuerdos, no pasa de ser un ejercicio estéril en donde dejamos las decisiones del país en manos del interés mercantil de unos cuantos…Democracia teñida de Hipocresía.
Soy republicano, creo en la idea de república, creo en la utopía de la república platónica, creo en el gobierno de los mejores…pienso que alguna vez Chile fue una REPUBLICA, recuerdo que aprendí a caminar en los Jardines del Congreso Nacional, que aprendí a pensar en el Instituto Nacional; que comencé a crear en el Universidad de Chile…y ahora que con el tiempo he logrado construir un discurso en base a mi biografía, ya no conozco este país que me encierra y no me contiene, desconozco los lugares, estoy en el lugar de exilio interno… y añoro mi país, ese país que se soñó en el Salón de Plenarios del Congreso, ese lugar que ya nadie conoce, en ese edificio construido como símbolo del Centenario de la República, como lo fue la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional de Bellas Artes…arquitectura republicana, y no monumentos a las transnacionales como los del Bicentenario.

sábado, mayo 17, 2008

ESCUELA DE TEATRO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE


Egresado, maestro, estudiante
vibra entera la Universidad
bajo el blanco y ardiente estandarte
que levanta la ciencia y la paz
Egresado, maestro, estudiante
vibra entera la Universidad
Una escuela en toma.
Dos obras en cartelera.
Doscientos cincuenta espectadores abarrotando dos salas de teatro.
Cien alumnos de la Universidad de Chile en conclave en las salas de al lado, soñando con cambiar el país.
Esto es lo que he vivido los ultimos dias en las aulas de MI Universidad, de MI escuela,…, el volver a sentir la efervescencia de la necesidad de un cambio social y político en este país y en su educación…no sentía esto desde la toma contra Federici del 87 y de las marchas del NO, del 88.
Confieso que la sola movilización de los alumnos me causaba en un principio una condescendiente sonrisa heredera de los años de “democracia concertacionista”; hasta que la noticia sobredimensionada (afortunadamente) de que alumnos de la escuela habían sido detenidos y golpeados por carabineros, me removió el miedo incrustado en la memoria y me desdibujo mi habitual cinismo, para poder recibir hoy el impacto de ver la sala Agustín Sire y Sergio Aguirre repletas de un público ansioso por ver TEATRO…quede conmocionado, estoy conmocionado…
Entre los afiches teatrales y filas de boletería para entrar a ver “Como aprendí a conducir”, texto QUEER de la norteamericana Paula Vogel, dirigido por Marco Espinoza (ex alumno y actual coordinador de la Escuela de Teatro) para el Detuch (compañía de teatro de la Universidad), y para la obra “Mi mundo Patria” de la ex alumna de la Chile, Andrea Giadach; circulaban los alumnos con sus cámaras (cualquier revolución debe ser medial) instalando con letreros , consignas, slogans sus ideas, acuerdos y manifiestos leídos ante el público, denunciando la poca transparencia en el diseño y posible aprobación del proyecto Bicentenario para trasladar la Facultad de Arte-Centro al Campus Juan Gómez Millas; y las políticas de racionalización economicista de la educación, por el Gobierno (que ocultan una lógica reduccionista de la maquinaria estatal en favor de la privatización)
…Uff! Aun hay espacios para la divergencia, la reflexión y el gesto contestatario en este somnoliento país.
Me hace tanto sentido que las obras que estaban en cartelera hayan sido escritas por mujeres. Una Norteamérica, lesbiana comprometida políticamente, como ella misma se definió hace unas semanas en la misma sala en que ahora se da su obra; la que esta espléndidamente actuada, diseñada y dirigida por gente de nuestra escuela, por profesores y alumnos, quienes desde una visión local entendieron y reventaron el sentido del texto para llevarlo a todo público, mas allá de su condicionamiento genérico o cultural. La otra mujer, nieta de palestino, escribe y dirige un texto unipersonal, actuado por Lorena Ramírez, una actriz de una fuerza conmovedora, en donde se muestra paso a paso a través de lo que ellas han llamado la “amoral visión de un niño”, la fractura existencial causada por una separación ya sea de índole paternal, política o cultural…en donde "uno" pasa de ser una identidad contenida en un espacio físico y social, a ser una "otredad" abandonada a la indiferencia multicultural. En un país como este, hispanoparlante, que le debe muchísimo a la emigración y cultura árabe, y en particular a la Palestina, ya era hora que alguien alzara la voz para denunciar una ocupación violenta y genocida.
Basta de Palestina y Tibet ocupados! Basta de comercializar con la vida de los demás; basta de abusar de la educación; basta de privatizaciones desmedidas; basta de la condescendencia del gobierno con los poderosos, ya sean Chinos, Transnacionales o la Banca Nacional…alguien le debería recordar a Bachelet que hay una gran diferencia entre ser exiliado y refugiado…alguien debería de hacer algo…y creo que los estudiantes de la Universidad de Chile y de todas aquellas que están en “Paro” están haciendo algo por todos nosotros.
Gracias Giadach, por darnos tu historia, por recordarnos que aun hay palestinos en PALESTINA. Gracias DETUCH por darnos una gran obra, y 1.000 Gracias Queridos Alumnos, por hacerme volver a creer en algo…aun que sea por un ratito.
Raul Miranda.

Como aprendi a manejar.
Alejandra Díaz, Annie Murath, Gabriel Urzúa, Carolina Larenas, Víctor Montero

Mi mundo patria
Lorena Ramirez